Ideota: Fran Sedevich.

martes, 18 de febrero de 2014

UN AÑO


Ahí arrancó todo.

Yo, (un desinformado, antes que nada) con la idea de tirar en algún lado un poco las barbaridades que se me ocurrían y otro poco cosas inverosímiles que me pasaban. 

El resultado fue, cuatro días después, un 18 de febrero de 2013, la creación de mi blog.

Abría la cancha y daba la patada inicial ésta historia: Un rejunte de "verdades verdaderas", cosas que a todos nos pasan o nos han pasado.

A partir de ese día cambiaron muchas cosas.

Hace unos días me puse a editar unas pelotudeces ínfimas acá, puse todas las historias, desde la primera hasta la última en una lista acá a la derecha. La ven?


Acá ->


Esa es, lejos, la flecha más fiera que dibujé en toda mi vida.

Más allá de eso, mientras editaba veía las fechas de las primeras anécdotas y caí en la cuenta que faltaba poco para que se cumpliera un año desde ese día que mencioné al principio.

Me pasó lo primero que me pasa cuando prendo Crónica a las 3 de la mañana.



HOY SE CUMPLEN 3 AÑOS DEL FALLECIMIENTO DE MICHAEL JACKSON

Y vos:

"Ahhhhhh negro, en serio? Ya se cumplen tres años? Pero si fue hace poco"

El tiempo nos culea y silenciosamente, ese hijo de puta.

Pasa, pasa. Y cuando te diste cuenta te quedaste pelado, te creció la panza, te salieron pelos en la naríz y las orejas y se te terminó de desarrollar el pito ah no, eso no. 

Y así, en esa vorágine arrasadora que es en este caso el corto lapso de un año, 365 días, 8.760 horas, 520.600 minutos o 31.536.000 segundos. Salvo que sea año bisiesto pero el 2013 no fue. Anecdo-otario astrología. Tarot. Carta astral. Predicciones. Llaveros con luces. 

Decía, que en ese tiempo de un año (desde que empecé con ésto) sucedieron muchas cosas.

La más significativa y curiosamente una que todavía no había contado nunca acá, en anecdo-otario, es que hace 5 meses y medio que no consumo una gota de alcohol.

Todo comenzó una fría noche de agosto cuando, luego de seis jarras de whisky barato, dos de bacardi de uva con speed y nada más que pueda recordar, terminé a la salida de un boliche dando un espectáculo digno de Policías en acción, Calles Salvajes o cualquiera de esos programas que muestran los instintos más bajos y primitivos de un hombre. 

Como consecuencia de este bochornoso acto del cual fui no solo partícipe sino que también protagonista, terminé pasando la noche dentro de una celda en la sede de policía.

Sí, literalmente, como dice la canción:


Honestamente recuerdo desde el momento en que me subieron al patrullero.

Me senté y vi el enrejado que separa el asiento de atrás de los de adelante, donde iban dos policías. Y ahí dije: 

"Uh, negro, me están llevando en cana en serio"

Lo primero que pensé fue en pedirles una linterna y una bolsita. La linterna para buscar los dientes míos en el piso después de la cagada a palos que me iban a pegar. Y la bolsita para ir guardándolos a medida que los encontrara. Una chiquita, de esas de farmacia.

Lo segundo que pensé fue en avisarle a mi vieja. No porque ella pudiera hacer algo, sino para avisarle para que supiera donde estaba cuando viera que no había vuelto. Además porque mi vieja no es tan exagerada como para pensar directamente en comisarías y hospitales. Al menos no tanto como mi abuela.

___________________________________________________

Drástica fue mi abuela, ese día, hace muchos años. Mis viejos no estaban y yo era chico, así que había quedado en ir a dormir a su casa después de salir. Al final salí, me escabié fuerte y me olvidé de ir de mi abuela. Fui a dormir a mi casa como siempre. Tipo 9 de la mañana me llega un mensaje de mi abuela al celular que contenía TEXTUAL, lo siguiente:

"ESTAS SECUESTRADO??"

Y lo primero que me puse a pensar fue, qué inútil ese mensaje, no? Es decir, si estoy secuestrado... Cómo hago para responderte? Lo segundo que pensé fue en la redacción del mensaje. Porque bueno, ponele que querés saber si me secuestraron y suponés que te voy a poder responder el mensaje. No sería mejor decirme "TE SECUESTRARON?" No sé. Así me suena muy como:

- Estás dormido?
- No
- Ah ok, y secuestrado?

La cuestión es que, bueno, mi abuela es drástica, mi vieja no tanto (por ahora). Me fui por las ramas. Voy a hacer un paréntesis grande así englobo esta mini anécdota de mi abuela. Capo de la edición y el formato.

___________________________________________________

En el trayecto a la comisaría se me pasó todo el estado de embriaguez del cagazo que me había agarrado. En el patrullero venía, además de con los dos policías, con un changuito que habían enganchado afanando en una casa. No tenía más de 15 años.

Recién cuando llegamos a la celda (nos pusieron a los dos en la misma) nos pusimos a charlar.

Se llamaba Milton, tenía 14 años. Le pregunté porqué estaba ahí y después de contarme me preguntó por qué yo estaba ahí.

Ahí fue cuando me di cuenta que no tenía idea. Era tal mi estado que no recordaba nada de lo que había pasado. Tenía flashes de una pelea, de haber estado forcejeando con gente y nada más.

Al chico le dije que había intentado separar una pelea (?) y que ahí justo llegó la policía y me subió al patrullero.

Pasó un rato y charlamos como si estuviéramos en una parada de colectivo. Los dos parados en la celda. 

Parados porque, al menos yo, acostado no entraba. Las celdas son 6 baldosas, tres paredes y una de rejas.

Y charlando porque no hay otra cosa para hacer ahí. Cuando entrás te sacan celular, billetera, llaves, aros, anillos y hasta los cordones de las zapatillas.

No fue hasta después de un rato (es difícil saber si fueron diez minutos o una hora, sin celular) que apareció el cabo, con un pebete y una etiqueta de puchos que nos dio a los dos. Cuando se acercó a la celda lo primero que atiné a preguntarle fue porqué estaba yo ahí. "Disturbios en la vía pública", me dijo. Lo segundo fue preguntarle si ya había llegado mi vieja. Me dijo que sí. En ese momento demostré que todavía seguía muy chupado, ya que le dije al policía en su propia cara:

"Bueno, decile a mi vieja que estoy bien, que no se preocupe que no me fajaron ustedes"

El cabo me miró y sonrió, o se dio cuenta que era un pelotudo inocente o pensó en como me iba a pegar más tarde.

Al final no me fajaron, después de unas horas me dejaron salir. Ya al otro día, al mediodía.

Si bien no me pegaron e inclusive me trataron bien, es una experiencia de mierda.

No obstante, de las experiencias de mierda se aprenden cosas. Yo aprendí, es decir, me di cuenta que ya no daba para hacer ese tipo de espectáculos y que definitivamente no quería volver a pasar ni cerca de una celda por el resto de mi vida.

A partir de ese momento fue que decidí dejar de tomar completamente. Si bien mi cabeza está enferma de por vida, llegué a la conclusión que sacando el alcohol por lo menos la mantengo calmada.

Pasaron unos meses y volvió todo a la normalidad y decidí empezar a salir nuevamente.

Y acá fue cuando me cayó la ficha:

El mundo de las salidas y la noche es un mundo 100% distinto si no tomás alcohol.

Fue radical e impresionante el giro que dio en mi vida lo que significaba salir antes y después de dejar el alcohol.

Las primeras salidas fueron traumantes:

- Lo primero es llegar a la previa y transpirar mientras escuchás las botellas destaparse y ves a tus amigos gradualmente empezar a transformarse en animales que gritan, se abrazan, cantan y bailan mientras a vos se te cruzan por la cabeza cosas que en tu puta vida pensaste:

- Che, la música no estará muy fuerte? No estaremos jodiendo a ningún vecino? Y si nos denuncian?
- Uh, mira ese parado arriba de la silla. Y si la rompe? Mirá si se lastima y terminamos todos en el hospital después.
- Por qué tienen que gritar "EEEEEEEH" antes de hacer todo? "EEEEH juguemos a esto" "EEEEH vamos al baño" "EEEEEH teneme el pelo que vomito"

- La llegada al boliche es conocer un mundo nuevo. Ahora mucho más consciente de todo te das cuenta bien de dónde está ubicado el boliche, cómo hacés para llegar, cuánto demorás en entrar. Una vez que estás adentro no lo podés creer. "Acá es donde vine a bailar todos estos años?", "Esa pared ya estaba?", "Siempre fue de este color?" y así te vas maravillando con la visión detallada que te brinda el hecho de tener todas tus neuronas funcionando.

- Tolerar a los chupados es tarea de santos. Sinceramente. El chupado te choca, te pisa, te empuja. Viene a charlar con vos y está tan acelerado que te escupe esas gotas espesas amarronadas con aroma a fernet y pucho. Te grita constantemente. TE SALUDA VARIAS VECES. Yo no lo podía creer. Hasta el día de hoy me pasa que viene un flaco o flaca que me saludó hace quince minutos y me saluda de nuevo y hasta me pregunta lo mismo. Te conversa cosas sin sentido, te pide cosas, plata, puchos, que lo acompañes a "levantar minitas". O te resignás y no salís más o asimilás que están en pedo y van al boliche para eso, y sobre todo que VOS también lo hiciste mil veces y bueno, también te resignás.

- Te das cuenta de dos hechos fundamentales que te cambian la vida:

1. Sos de madera para bailar. BOLUDO! Yo estuve convencido toda mi vida que era un excelente bailarín. Todos los fines de semana salía, chupaba y bailaba, sacaba a bailar a cualquiera absolutamente seguro que era digno de bailar en el teatro Colón. Todo mentira! Ahora, fresco, consciente de tus movimientos te das cuenta que no sabés bailar. Al avergonzarte de esto intentás bailar pasando el menor ridículo posible, por lo que apenás te movés para un lado y para el otro, con cara de desconfiado buscando aprobación y la gente no sabe si te acabás de cagar encima o si sos un violador serial intentando pasar desapercibido. Te das cuenta que pasaste toda tu vida papeloneando y desparramando aserrín por toda la pista


2. No sabés chamuyar. No sé en qué momento se te metió en la cabeza esa idea de dandy humedece tangas con solo emitir un par de palabras, pero estabas equivocado. Saliendo fresco me di cuenta que va a ser imposible que algún día tome dimensión de las cosas que le debo haber dicho a mujeres intentando chamuyarlas estando chupado. Sinceramente nunca recuerdo haberme levantado a nadie, así que seguro sería graciosísimo escribir acá todas mis técnicas fallidas, si las recordara. Desde que dejé de tomar no sólo no me acerco a ninguna fémina a decirle absolutamente nada, sino que en el momento que se me acercan y me dicen algo me limito a quedarme callado y hacer esta cara.

Con el paso del tiempo te empezás a acostumbrar y a divertir con el comportamiento papelonero de los ebrios y volvés a disfrutar las salidas.

Y además ojo, no es todo negativo y sombrío en este nuevo mundo.

Desde que dejé de tomar:

- Bajé 11 kilos.
- Ahorré un montón de plata
- Aprendí que existe un día que se llama domingo o algo así y que se pueden hacer cosas ese día.
- Dejé de caer en cana.
- Me acuerdo de absolutamente todo lo que pasa en una noche.
- Puedo coger por horas y horas. Na, mentira, no la pongo nunca.
- Aprendí a disfrutar otras cosas. Sobre todo los caramelos Flynn Paff y los chupetines Pop's, a los cuales me hice adicto.

_______________________________________________

En un año pasaron un montón de cosas, de esas cosas salieron 33 historias (34 con ésta, con ésta historia jajaja)

Este año que arranca seguro trae muchas cosas más que me van a pasar y que van a dar a que siga escribiendo acá. O no, ¿quién sabe?

Por lo pronto, gracias a todos los que me leyeron o me leen, los que me tiran ideas y buena onda.

Desde que empecé, hace un año, el blog cuenta once mil visitas.

Nunca me imaginé que me fueran a leer más de diez, que de acá me fueran a llamar para hacer Stand Up ni que la gente por la calle me reconozca como "el pibe del anecdotario". Gracias!

Un abrazo grande.

Fran Sedevich.

No hay comentarios:

Publicar un comentario