Ideota: Fran Sedevich.

jueves, 31 de octubre de 2013

PASISHA O VENTANISHO?

De esa forma me lo preguntó.

Además de lo mal pronunciado y conjugado, así me lo preguntó.

Con esa ligereza, con esa facilidad, como quién pregunta "mantecosa o repollada?", o "azúcar o edulcorante?".

Como si fuera una decisión cualquiera. Así me preguntó si prefería sentarme de lado de la ventanilla o del pasillo.

Hola, soy Francisco, dueño de este galpón de chapas oxidadas con los pastos largos afuera y un par de cuises que caminan entre las vigas que se llama Anecdo-otario. 

Y como tal les quiero contar que a los enfermos como yo, una pregunta de tal índole no se nos puede hacer con tanta naturalidad, tanta simpleza.

Responder tal pregunta nos lleva a nosotros, los inadaptados sociales, un análisis complejo. Análisis que pienso desarrollar hoy. Porque banco al enfermo, banco al intolerante y al socialmente incómodo y los quiero ayudar.

Pero antes déjenme contarles la historia de la última vez en la que se me formuló esta pregunta, y por qué no pude responderla:

Hace un tiempo ya, leí en un blog sobre educación un artículo que hablaba de los beneficios de estudiar en bibliotecas. Decía, entre otras cosas, que son el lugar ideal para el ámbito de estudio y que ahí te podés concentrar mejor y bla, bla. Giladas que no vienen al caso.

La cuestión es que había decidido esta mañana levantarme, tomar mis apuntes e ir a la biblioteca para tener una mañana fructífera de estudio pleno y sin distracciones.

Me levanté de buen humor, pese a que llovía, y me fui a esperar el colectivo que me lleva la facultad, donde se encuentra la biblioteca.

El 104 arribó. Quizás recuerden este medio de transporte de la espeluznante novela Infidelidad en el 104, cuyo recuerdo aún me sigue produciendo piel de pelota de básquet.

Al subirme al colectivo noté el primer síntoma de que yo, como inadaptado, no iba a tener un buen viaje:

El colectivo estaba lleno casi en su totalidad y el único asiento disponible era el primer asiento doble del colectivo. Es decir, la dupla de asientos más cercana a la puerta de ingreso del colectivo.

Haber dicho cuatro veces colectivo en dos renglones es para que me licúen los testículos con una minipimer.

Vale aclarar que tenía otras cosas en la cabeza y entre el apuro y que aún seguía medio dormido tomé una terrible decisión.

 ME SENTÉ.

Poco fue el tiempo que estuve sentado en ese lugar.

A las cuatro cuadras de que subí, el colectivo frenó en la siguiente parada y subió una dama.

La buena educación que me dieron en casa me indicó que, puesto a que estaba sentado en el primer asiento, era probable que tuviera que cederlo en algún momento. Este fue el caso.

La señora subió y, en el momento que la vi, me levanté y le señalé con mi mano que podía sentarse.

Ella lo tomó como un cumplido, por lo que sonrió.

Sonrió a pesar de que mi cara SEGURAMENTE debía expresar la profunda pena que sentía por sus tobillos, que, ajetreados de haber soportado esos 170 kilogramos a lo largo de los 4 escalones del colectivo, pedían a gritos un descanso.

En fin, mientras acomodaba sus aposentos caí en la cuenta.. Técnicamente, todavía uno de los dos asientos permanecía disponible luego de que ella se sentara.

Digo técnicamente porque anatómicamente era imposible que con el culo avasallante de esa señora otro ser vivo entrara en el asiento restante.

A modo de cortesía, y hasta inclusive para devolverme en parte el "cumplido" de haberle cedido el asiento, la mujer elige tener una atención conmigo y preguntarme mi preferencia, he ahí el momento en que formula la pregunta:

"PASISHA O VENTANISHO?"

Asfixiado, sofocado, atrapado. De esa forma me sentí.

Como un pequeño gatito debajo de el culo de esa señora, quizás.

Las palabras no salían de mi boca, estaban atoradas.

Y lo que era peor, esta señora, mientras esperaba, no apoyaba su culo en ninguno de los lugares! Por lo que permanecía semi agachada, en una posición como de sentadilla.

En el fondo de mi cabeza podía oír los gritos desgarradores de esos pobres tobillos a punto de desintegrarse "AHHHHGGGGGG".

Me venció la desesperación, por lo que esbocé algunos sonidos para que se diera cuenta que estaba bien de pie y no era necesario que me sentara.

"Ehhhh, nononono, no noooooo, no, tss tá bien no no, ejá no no" le dije mientras agitaba mi mano como un imbécil.

Y me quedé de pie, a lo largo de todo el viaje. 

Mi único alivio fue poder ver esos tobillos y sentir que me agradecían, de corazón.



A modo de moraleja quizás pueda presentar entonces los tips para tomar esa difícil decisión.

PASISHA O VENTANISHO? 35 tips fáciles cosmopolitan minitah tu chico sexy ciruelas con crema chantilly XOXO.

1. Nunca, nunca te sientes en los asientos que están predispuestos para discapacitados o embarazadas por más discapacitado que te sientas.

2. Siempre esquivá los asientos dobles, aunque vayas con un amigo. Demostrale cuánto lo querés dándole un poco de espacio 

3. Ceder el asiento NO es un cumplido. La persona que te cede el asiento te ve lo suficientemente gorda, vieja o hecha mierda como para compadecerse y brindarte ese servicio a modo de última voluntad.

4. Si hay asientos individuales disponibles NO elijas uno doble en el que ya hay alguien sentado. Eso es ser rompe pelotas o acosador y en cualquiera de los dos casos vas a terminar con spray lacrimógeno en los ojos y una patada en la ingle o al revés, una patada en los ojos y spray lacrimógeno en la ingle (no recomendable).

5. Viaje en colectivo en el que hay una mujer con un pendejo menor a 5 años es un viaje de mierda. Si podés tomate otro colectivo o anda en monopatín.

6. Si te toca viajar parado al lado de alguien que va sentado, por favor apunta tu pinchila para otro lado que no sea su sien. Es preferible estar sentado con un culo en la oreja y no sentirse apuntado 45 minutos por una flecha de carne y nervios.

7. Si no podés contener el pedo y se te escapa, reaccioná ofuscadamente onda: "Tss, peeeero loco ya no respetan nada" mientras ventilás con los apuntes de fonética y fonología.

8. Si alguien reacciona ofuscadamente ante un pedo y se queja. Creéle, seguro él no fue. Y si fue, bueno, el yogurt le puede caer mal a cualquiera, loco!

9. Si hay varios asientos disponibles y el viaje es largo, podés elegir con quien sentarte. En caso de que no haya asientos individuales, aprendé a elegir sabiamente:

Recomendable:

- Hombre adulto entre 25 y 40 años, petiso, deportista o atlético, y si es posible de clase media.

¿Por qué?

- El hombre, por definición es, menos rompebolas que la mujer.
- Si no es una mina no hace falta que te preocupes si te dormís y te babeás o se te para el pito.
- Si es un hombre adulto no hace falta que nadie lo vaya a buscar a la terminal, no tiene que llamar por teléfono a nadie durante el viaje.
- Si tiene menos de 25 años es adolescente y el adolescente es pelotudo.
- Si es adolescente y pelotudo seguro se escucha Tan biónica a través de sus auriculares o se come una bolsa de conitos y te llena de migas.
- Si es petiso tenés todo el apoyabrazos para vos solo.
- Si es deportista no es gordo.
- Si no es gordo tiene mejor salud, no ronca.
- Si tiene mejor salud se alimenta bien y sus pedos son aguantables.
- Si no es de clase alta no es empresario, por lo que no va a estar hablando por teléfono constantemente.
- Si no es de clase baja no tenés que estar fijándote a cada rato si te afanó el pebete o la pulsera.


BASTA DE VIAJES DE MIERDA!

Aprendamos a elegir con quién nos sentamos.

Por un mundo repleto de asientos individuales.

¡Salúd!

1 comentario:

  1. "Si tiene menos de 25 años es adolescente y el adolescente es pelotudo"

    Me parece que alguien tiene el sindrome de "Peter Pan" JA JA JA!

    Abrazo de gol!

    + y mejor



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